- Fortianitas
- 1
Muy buenas a todos. Me acabo de dar de alta en el foro solo para escribir esto, así que espero que me tratéis muy bien. Sé que este es un foro de Dragon Quest, pero hoy quiero hablar de Zelda (guiño, guiño).
Tras más de 90 horas jugando a Breath of the Wild, habiéndome pasado la historia principal y completado más de 70 santuarios, y tras un largo proceso de reflexión sobre el juego, creo que ya puedo dar al menos algunas pinceladas de mi valoración.
Coincido con casi todo lo bueno que se ha dicho de él. La inmensidad del mundo y de contenido, la enorme libertad de acción, las físicas, la interacción con el entorno, la belleza, el minimalismo, la obsesión por el detalle, la dificultad, el comportamiento de los enemigos...Creo que aquí poco más puedo aportar. Vaya por delante que el juego hace muchísimas cosas bien y es un juegazo. Peeeeeeero...
...me ha decepcionado y sorprendido a partes iguales. En algunos aspectos ha superado mis expectativas, pero en otros se ha quedado terriblemente por debajo. Hoy quiero hablar precisamente de esto último. De lo malo, de lo feo, de todo eso sobre lo que se ha pasado de puntillas. Hay fallos, y algunos bastante gordos. Los resumo en unos cuantos puntos:
-La historia (que no la narrativa. La narrativa me parece muy buena y en consonancia con la geografía del mundo). Que decir de ella. Es sosa, incoherente con toda la saga se mire por donde se mire, cortísima, mal expuesta y, aún encima, los personajes principales son horrorosamente planos y olvidables. La única que se salva (y lo hace por agravio comparativo) es Mipha. Zelda es interesante, pero cuando empieza a preocuparte un poco su historia, esta se acaba. Al final lo que tienes de ella son cuatro monólogos en los que primero te odia, luego se siente una inútil y se culpa a si misma y busca una forma de redención. Pero es imposible crear un vínculo con un par de escenas de un minuto. Esto me lleva al siguiente punto.
-Se supone que Zelda es tu meta, el principal motivo por el que vas a ese castillo a enfrentarte a Ganon. Para liberarla tras 100 años de sacrificio. Pero el juego no consigue crear ningún vínculo con ella. Lo intenta, y con más empeño podría haberlo hecho, pero lo que hay es lo que hay. El siguiente punto también va en esta línea.
-Bien. Me hablas de un reino próspero que 100 años atrás se vio azotado por la desgracia y fue devastado. De una guerra en la que murieron cientos de personas. En la que el héroe falló a su reino y estuvo al borde de la muerte. ¿Y de que forma repercute todo eso en el mundo y en la gente?Pues en lo primero lo hicieron bastante bien, hay ruinas, lugares devastados, guardianes en los lugares donde hubo batallas... Pero, ¿y la gente?Casi todos viven felizmente en sus aldeas, llevando una vida normal y corriente. Muchos hablan de lo ocurrido hace 100 años como si yo te digo que ayer fui a comprar el pan. No hay tristeza, no hay habladurías, no hay miedo. El Castillo de Hyrule vive ajeno a todo lo demás. Por no hablar de cierta anciana y ciertos Zora que, de nuevo, se reencuentran contigo tras 100 años y parece que te hubiesen visto ayer mismo, cuando debería ser todo un acontecimiento. En general, el lore está muy diluido. Hay intentos aquí y allá, pero no es sólido. No pido un Dark Souls, pero si me cuentas una especie de historia post-apocalíptica, que el tono y los npcs sean consecuentes. El humor y la alegría no son incompatibles con lo oscuro y lo sombrío.
-Los jefes de las mazmorras son de lo peor que hay en el juego. Si coges a uno y lo aislas, no está taan mal. El problema es que los 4 son iguales, con el mismo diseño y variaciones en los ataques. Además de que son tremendamente fáciles. Y los jefes que te puedes encontrar por el mundo están bien, pero visto uno vistos todos. Solo hay centaleones, Hinox y Petrarok con variaciones de color.
-Ganon, el jefe final, es tremendamente decepcionante. La primera fase por repetir las mecánicas de los anteriores jefes (manda huevos con el reciclaje) y tener un diseño horrible, y la segunda por ser on rails, repetitiva y facilona. La escena final es otro meh. ¿Minimalista?Sí. Y también carente de toda emoción, de nuevo porque el juego no construye del todo bien la relación con Zelda.
-La variedad de enemigos.O mejor debería decir la no variedad. ¿De que vale que el mundo sea inmenso si hay menos enemigos que en Ocarina of Time?Tienen un comportamiento muy trabajado, hay variaciones y usan armas muy distintas, pero eso no es excusa. Creo que no exagero si digo que practicamente todo el bestiario se resume en Bokoblin, Moblin, Lizalfos y Chuchus. Y depaso otra incoherencia con el mundo: muchos biomas distintos pero en todos hay los mismos enemigos.
-Los kologs son el ejemplo perfecto de los coleccionables de relleno. Simplemente están ahí para poder llenar todo el mapa con contenido copia y pega. Estoy hasta los cojones de subir a la cima de una montaña para encontrarme una roca, y debajo de la roca un kolog. Por no hablar de la cara que se me quedó al estar en medio del Castillo de Hyrule, en medio de un ambiente devastado y corrupto, y encontrarme una diana para hacer aparecer un kolog...absurdo, otra disonancia enorme con el mundo.
-Aish, los queridos santuarios. Son 120, no está ma, y sí que suponen un incentivo real para explorar el mundo a fondo (no como los kolog). Algunos están muy ocultos y es muy satisfactorio encontrarlos, otras veces hay que superar pruebas heroicas...Hasta ahí todo bien. El problema viene cuando llevas 40 santuarios y te empiezas a dar cuenta de que TODO en el juego te dirige hacia un santuario clónico. ¿Que ofreces un tributo a la estatua de la Diosa Hylia en la Fuente del Poder, en las ruinas de lo que un día fue el Manantial Terrenal?Pues toma, un santuario. ¿Que consigues derrotar a X jefes?Toma, otro santuario. ¿Que has encontrado los restos de un templo olvidado por el paso del tiempo?Santuario para ti, santuario para mi. Precisamente en el Zelda que tenía la oportunidad de crear mazmorras más orgánicas integradas en el mundo, sin estar siquiera separadas por un tiempo de carga. ¿Cuál es el resultado?Reciclaje y mucho maquillaje. Los santuarios son la respuesta a cualquier enigma o misterio que pueda haber en el mundo. Y el gran problema a mayores está en su interior: todos tienen el mismo diseño, la misma música, la misma recompensa al final e incluso puzzles que se repiten con demasiada frecuencia (aunque algunos muy buenos). Mención aparte se merecen las pruebas de fuerza, que son batallas contra el mismo enemigo copypasteadas como en cerca de 20 santuarios distintos. Así cualquiera crea una cantidad absurda de contenido. El juego se vuelve tremendamente predecible con el tiempo.
-Contra las bestias divinas no voy a decir nada. Están muy bien diseñadas y funcionan estupendamente. Dejo aparte mis deseos personales de ver mazmorras más clásicas. Pero la forma de llegar a ellas al final es un poco meh y repetitiva. El esquema siempre es: vas a la zona marcada en el mapa, hablas con el líder de la tribu, este te cuenta que la bestia divina está dando problemas y te encarga alguna misión indispensable para poder acceder a la bestia divina, vuelves, fase on rails para inactivar a la bestia y pa' dentro. Una vez dentro ocurre lo mismo: sabes que te va a hablar tu compañero del pasado, que te va a decir que hay 5 terminales que activar, que una vez los actives tienes que ir a la unidad central...Aquí se nota el precio a pagar por la libertad. De este modo siempre vas a saber que hacer, vayas a donde vayas primero.
-El juego es tremendamente incoherente con toda la saga. Toda esa tecnología Sheikah no tiene ningún sentido en el contexto de la saga y está completamente sacada de la manga. La tableta parece sacada del Watch Dogs por momentos.
A grandes rasgos esto es lo que más me chirría del juego. Quizás a simple vista pueda parecer que no, pero de verdad que lo he disfrutado muchísimo. El problema es que parece que sus defectos se están escondiendo en un cajón. La base es muy sólida, pero si el próximo Zelda sigue el mismo esquema tendrá que mejorar muchas cosas sobre esa base.
Gracias a Luigi, al que llevo tiempo leyendo, por ser mi fuente de inspiración. En realidad me pongo de los nervios leyéndote y no concuerdo contigo en la mayoría de las cosas, pero creo que de no estar tú en el foro ni me habría registrado. Creo que de hecho he confirmado algunas cosas que ya te olían mal.
A todos los demás, debatamos amistosamente.
Tras más de 90 horas jugando a Breath of the Wild, habiéndome pasado la historia principal y completado más de 70 santuarios, y tras un largo proceso de reflexión sobre el juego, creo que ya puedo dar al menos algunas pinceladas de mi valoración.
Coincido con casi todo lo bueno que se ha dicho de él. La inmensidad del mundo y de contenido, la enorme libertad de acción, las físicas, la interacción con el entorno, la belleza, el minimalismo, la obsesión por el detalle, la dificultad, el comportamiento de los enemigos...Creo que aquí poco más puedo aportar. Vaya por delante que el juego hace muchísimas cosas bien y es un juegazo. Peeeeeeero...
...me ha decepcionado y sorprendido a partes iguales. En algunos aspectos ha superado mis expectativas, pero en otros se ha quedado terriblemente por debajo. Hoy quiero hablar precisamente de esto último. De lo malo, de lo feo, de todo eso sobre lo que se ha pasado de puntillas. Hay fallos, y algunos bastante gordos. Los resumo en unos cuantos puntos:
-La historia (que no la narrativa. La narrativa me parece muy buena y en consonancia con la geografía del mundo). Que decir de ella. Es sosa, incoherente con toda la saga se mire por donde se mire, cortísima, mal expuesta y, aún encima, los personajes principales son horrorosamente planos y olvidables. La única que se salva (y lo hace por agravio comparativo) es Mipha. Zelda es interesante, pero cuando empieza a preocuparte un poco su historia, esta se acaba. Al final lo que tienes de ella son cuatro monólogos en los que primero te odia, luego se siente una inútil y se culpa a si misma y busca una forma de redención. Pero es imposible crear un vínculo con un par de escenas de un minuto. Esto me lleva al siguiente punto.
-Se supone que Zelda es tu meta, el principal motivo por el que vas a ese castillo a enfrentarte a Ganon. Para liberarla tras 100 años de sacrificio. Pero el juego no consigue crear ningún vínculo con ella. Lo intenta, y con más empeño podría haberlo hecho, pero lo que hay es lo que hay. El siguiente punto también va en esta línea.
-Bien. Me hablas de un reino próspero que 100 años atrás se vio azotado por la desgracia y fue devastado. De una guerra en la que murieron cientos de personas. En la que el héroe falló a su reino y estuvo al borde de la muerte. ¿Y de que forma repercute todo eso en el mundo y en la gente?Pues en lo primero lo hicieron bastante bien, hay ruinas, lugares devastados, guardianes en los lugares donde hubo batallas... Pero, ¿y la gente?Casi todos viven felizmente en sus aldeas, llevando una vida normal y corriente. Muchos hablan de lo ocurrido hace 100 años como si yo te digo que ayer fui a comprar el pan. No hay tristeza, no hay habladurías, no hay miedo. El Castillo de Hyrule vive ajeno a todo lo demás. Por no hablar de cierta anciana y ciertos Zora que, de nuevo, se reencuentran contigo tras 100 años y parece que te hubiesen visto ayer mismo, cuando debería ser todo un acontecimiento. En general, el lore está muy diluido. Hay intentos aquí y allá, pero no es sólido. No pido un Dark Souls, pero si me cuentas una especie de historia post-apocalíptica, que el tono y los npcs sean consecuentes. El humor y la alegría no son incompatibles con lo oscuro y lo sombrío.
-Los jefes de las mazmorras son de lo peor que hay en el juego. Si coges a uno y lo aislas, no está taan mal. El problema es que los 4 son iguales, con el mismo diseño y variaciones en los ataques. Además de que son tremendamente fáciles. Y los jefes que te puedes encontrar por el mundo están bien, pero visto uno vistos todos. Solo hay centaleones, Hinox y Petrarok con variaciones de color.
-Ganon, el jefe final, es tremendamente decepcionante. La primera fase por repetir las mecánicas de los anteriores jefes (manda huevos con el reciclaje) y tener un diseño horrible, y la segunda por ser on rails, repetitiva y facilona. La escena final es otro meh. ¿Minimalista?Sí. Y también carente de toda emoción, de nuevo porque el juego no construye del todo bien la relación con Zelda.
-La variedad de enemigos.O mejor debería decir la no variedad. ¿De que vale que el mundo sea inmenso si hay menos enemigos que en Ocarina of Time?Tienen un comportamiento muy trabajado, hay variaciones y usan armas muy distintas, pero eso no es excusa. Creo que no exagero si digo que practicamente todo el bestiario se resume en Bokoblin, Moblin, Lizalfos y Chuchus. Y depaso otra incoherencia con el mundo: muchos biomas distintos pero en todos hay los mismos enemigos.
-Los kologs son el ejemplo perfecto de los coleccionables de relleno. Simplemente están ahí para poder llenar todo el mapa con contenido copia y pega. Estoy hasta los cojones de subir a la cima de una montaña para encontrarme una roca, y debajo de la roca un kolog. Por no hablar de la cara que se me quedó al estar en medio del Castillo de Hyrule, en medio de un ambiente devastado y corrupto, y encontrarme una diana para hacer aparecer un kolog...absurdo, otra disonancia enorme con el mundo.
-Aish, los queridos santuarios. Son 120, no está ma, y sí que suponen un incentivo real para explorar el mundo a fondo (no como los kolog). Algunos están muy ocultos y es muy satisfactorio encontrarlos, otras veces hay que superar pruebas heroicas...Hasta ahí todo bien. El problema viene cuando llevas 40 santuarios y te empiezas a dar cuenta de que TODO en el juego te dirige hacia un santuario clónico. ¿Que ofreces un tributo a la estatua de la Diosa Hylia en la Fuente del Poder, en las ruinas de lo que un día fue el Manantial Terrenal?Pues toma, un santuario. ¿Que consigues derrotar a X jefes?Toma, otro santuario. ¿Que has encontrado los restos de un templo olvidado por el paso del tiempo?Santuario para ti, santuario para mi. Precisamente en el Zelda que tenía la oportunidad de crear mazmorras más orgánicas integradas en el mundo, sin estar siquiera separadas por un tiempo de carga. ¿Cuál es el resultado?Reciclaje y mucho maquillaje. Los santuarios son la respuesta a cualquier enigma o misterio que pueda haber en el mundo. Y el gran problema a mayores está en su interior: todos tienen el mismo diseño, la misma música, la misma recompensa al final e incluso puzzles que se repiten con demasiada frecuencia (aunque algunos muy buenos). Mención aparte se merecen las pruebas de fuerza, que son batallas contra el mismo enemigo copypasteadas como en cerca de 20 santuarios distintos. Así cualquiera crea una cantidad absurda de contenido. El juego se vuelve tremendamente predecible con el tiempo.
-Contra las bestias divinas no voy a decir nada. Están muy bien diseñadas y funcionan estupendamente. Dejo aparte mis deseos personales de ver mazmorras más clásicas. Pero la forma de llegar a ellas al final es un poco meh y repetitiva. El esquema siempre es: vas a la zona marcada en el mapa, hablas con el líder de la tribu, este te cuenta que la bestia divina está dando problemas y te encarga alguna misión indispensable para poder acceder a la bestia divina, vuelves, fase on rails para inactivar a la bestia y pa' dentro. Una vez dentro ocurre lo mismo: sabes que te va a hablar tu compañero del pasado, que te va a decir que hay 5 terminales que activar, que una vez los actives tienes que ir a la unidad central...Aquí se nota el precio a pagar por la libertad. De este modo siempre vas a saber que hacer, vayas a donde vayas primero.
-El juego es tremendamente incoherente con toda la saga. Toda esa tecnología Sheikah no tiene ningún sentido en el contexto de la saga y está completamente sacada de la manga. La tableta parece sacada del Watch Dogs por momentos.
A grandes rasgos esto es lo que más me chirría del juego. Quizás a simple vista pueda parecer que no, pero de verdad que lo he disfrutado muchísimo. El problema es que parece que sus defectos se están escondiendo en un cajón. La base es muy sólida, pero si el próximo Zelda sigue el mismo esquema tendrá que mejorar muchas cosas sobre esa base.
Gracias a Luigi, al que llevo tiempo leyendo, por ser mi fuente de inspiración. En realidad me pongo de los nervios leyéndote y no concuerdo contigo en la mayoría de las cosas, pero creo que de no estar tú en el foro ni me habría registrado. Creo que de hecho he confirmado algunas cosas que ya te olían mal.
A todos los demás, debatamos amistosamente.
